Luces en las calles, abrigados hasta las cejas, comercios a tope, villancicos de fondo…
¡Sí! ¡Es diciembre! Han llegado las fiestas y se quedan hasta enero… Y como cada año nos coge a contrapié, sin pensar en qué vamos a comprar, regalar, comer y dónde.
Nos planteamos los mismos dilemas que el año pasado y el anterior, y el anterior…
- Ir al mercado: no tengo tiempo.
- Ir al súper: va a estar a tope.
- Ir a cenar, comer… ¿A casa de mis padres?
- ¡No cabemos ¡Vaya faenón para mi madre!
- ¿Quién cocina? ¿Yoooo? Tú, tú, mejor tú… ¿Yo? ¡Si casi no sé hacerme un huevo frito!
¡Largos mensajes en Whats con tu madre, cuñados/as, tíos y primos/as…!
Ponle punto y final con el siguiente mensaje:
Familia, amigos:
¿Ya sabéis dónde vais a celebrar los días más señalados de estas Fiestas?
Esta Navidad, en el Hotel Campanile.
Porqué
en nuestros Hoteles nos gusta la Navidad y estamos entusiasmados con esta época
del año. Nos encanta llenar de luces nuestro árbol, poner las mesas más
especiales y ante todo tener amigos y familias juntas alrededor de ellas.
Ya hace días que nuestros chefs están delante de los fogones pensando en los
mejores platos para seguir la tradición más exquisita y con algún toque moderno en cada
plato y postre.